12. ¿Qué es la educación?
Sería increíblemente pretencioso intentar en esta pequeña entrada atrapar de una vez y para siempre el concepto de educación en una definición cerrada. La pregunta "¿Qué es la educación?" no busca obtener una respuesta, sino invitar a la reflexión sobre todos los ámbitos que se ven envueltos en el acontecimiento de la educación.
Desde lo académico a lo humano, desde el saber estar al saber convivir, desde el conocimiento de las normas sociales a la comprensión sus contextos, la educación es una labor que recorre todo lo que un hombre puede desarrollar en sociedad.
Hablamos de buena o mala educación, de estar o no educado, ser ser o no educado, de mantener la educación ante una provocación, de educarnos en tal o cual hábito como el reciclaje...No puedo definir la educación, pero puedo esbozar unas pocas intuiciones con la pretensión no de acercarme a su definición, sino de proponer una profunda reflexión sobre la inmensidad de este fenómeno humano.
En primer lugar, la educación excede su ámbito puramente académico.
La educación, además, ni es vertical, ni lineal, ni acotada. No es vertical, puesto que un educando puede ser educador de su maestro en otro contexto, e incluso puede existir una educación con carácter recíproco. No es lineal, sino reticular. La educación no se establece exclusivamente entre dos personas, sino que se desarrolla en forma de red; todos somos potencialmente educadores y educandos. Por último, no está acotada, es decir, circunscrita a la relación alumno maestro, ni siquiera a la relación entre personas. El entorno, las dificultades, la naturaleza, e incluso uno mismo pueden ser fuentes de conocimiento en el terreno educativo.
Como última intuición, la educación es aquello que, en un juego perverso, es a la vez producción y producto. Es decir, que somos los seres humanos los producimos la educación, y ésta a su vez la que produce al hombre.
La educación no es, parafraseando a Kant, enseñar un pensamiento, sino enseñar a pensar. La educación no es la flor, sino el sustrato que permite que la planta crezca. Y aprovechando esta metáfora, voy a ilustrarla con mi geranio limón este verano, plenamente florecido.
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