5. La motivación en las aulas
Es cierto que este es un problema básico de la educación. Conseguir atraer a los alumnos hacia cualquier asignatura es la mitad del trabajo de un profesor.
Me gustaría hablar de la asignatura que me corresponde: la filosofía. Despertar el interés por la filosofía a alumnos de entre 15 y 18 años puede parecer una ardua tarea, pero en realidad debería ser mucho más sencillo de lo que aparenta.
La filosofía el pregunta constante. Se pregunta acerca del hombre, de sus condiciones de existencia y relaciones recíprocas, de por qué vive de la manera en que vive, de por que hace lo que hace o piensa lo que piensa. La filosofía intenta, en último término, comprender.
Y la adolescencia es un periodo de permanente cambio, de constante incertidumbre, de perderse y reencontrase en uno mismo infinitamente. Y la filosofía puede ayudar en este viaje. Puede ayudar a comprender, puede ayudar a manejar la incertidumbre, a aliviar nuestras frustraciones...
Lo que hay que hacer es dejarle esto claro a los alumnos demostrándoles que la filosofía puede lanzarse a estas y otras empresas que pueden hacer la vida quizá no más fácil, pero si más sosegada.
En el capítulo fotográfico de hoy: mis tomates gigantes. Así se llama la raza, tomates gigantes, y con las fotos entenderéis por qué.
Un tomate de 1,5 kilos, lo presenté al concurso de tomates gigantes de Tábara, pero quedé cuarto.
Tomates de pera, tomates gigantes y pimientos del padrón de una mañana de huerto.
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