6. La filosofía y el discurso acerca de la locura: reflexiones desde Foucault.
Aquí está la entrada prometida acerca de mi tesis, La filosofía y el discurso sobre la locura: reflexiones sobre Foucault.
Este trabajo es una reivindicación del derecho que asiste a la filosofía para establecer discursos acerca de la locura, derecho que le perteneció hasta que la psiquiatría lo usurpó en el siglo XIX.
La tesis se divide en tres partes. Una primera parte de contextualización, donde se explica el punto de partida, la tesis que queremos defender, la metodología de análisis utilizada y la forma en que aborda el problema. La segunda parte es una genealogía de la psiquiatría, que pretende mostrar como ésta es un dispositivo de poder que sirve como instrumento de control a través de la normalización. La tercera parte es un momento de reflexión, donde se presentan dos visiones filosóficas sobre la locura (Franco Basaglia y Michel Foucault). Estas aproximaciones filosóficas al problema de la locura defienden que el hombre es tan irracional como racional, que la locura es un tipo de sufrimiento humano, y que la filosofía puede ayudar a aliviar dicho sufrimiento.
Transcribo las palabras de Mareva, una joven esquizofrénica que tiene una visión de su locura muy distinta a lo que define la psiquiatría. Sus palabras cierran mi tesis, y la belleza de las mismas merecen invitan a la reflexión de una forma dulce y sosegada.
“La esquizofrenia es como un bello cascarón, que al romper descubre una hoguera de colores con todos los sueños dispuestos a ser. La esquizofrenia no es ajena a la vida, en ella están depositados todos los sueños pensables que puede llegar a tener la personalidad. La esquizofrenia es un disfraz que deja desnuda el alma, es un puente que cruza ríos infinitos y se somete descaradamente al fuego y al agua, es la lengua cuando todos los sonidos están ahogados, es el don de los que se atreven a ser de verdad y es también una mentira más en el absurdo. La esquizofrenia es la cima de las emociones que se inmolan en su liberación, es el paisaje más íntimo del yo y es la danza macabra de la pesadilla. Nadie podría aprobarla sin haber probado sus frutos extasiados de libertad. Nadie podrá controlarla ni con correas ni con pastillas, porque ella es la única fuente que quita la sed del tedioso ritmo de los relojes, ella es el enigma que inquieta mis pasos y ante ella solo puedo abrir mis ojos en sus precipicios y seguir subiendo. Ella está dentro de mí, yo me inventé en ella, jamás será para mí ni vergüenza ni enfermedad, sino un lenguaje por descubrir, un jeroglífico que tiene mis años y mis historias, una flor a proteger para que no la marchite la ciudad gris ni aquellos humanos que olvidaron lo extraordinario de seguir lo imposible.”
Este texto es una transcripción de las palabras de Mareva, una mujer de 24 años diagnosticada con esquizofrenia paranoide, en El camino de la esquizofrenia, 2010, documental de Abi Alberto, idea original de F. Javier Álvarez, con la colaboración del Complejo Asistencial Universitario de León, Servicio de Psiquiatría, y de la Escuela de Cine de Barcelona. Https://www.youtube.com/watch?v=7m4yPjSCoUA
Siguiendo con esta poco antigua pero divertida tradición, hoy me decanto por una foto sobre uno de los manjares que esconde nuestra seca tierra zamorana de campos, las setas de cardo. Esta cesta la cogió Yaiza, mi novia, con su padre, hace apenas dos semanas, en menos de media hora.
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